Ayer me desplacé con mi padre a Pontevedra a ver a la leyenda Johnny Winter actuar en el festival de Pontevedra que, como cada año, reune a un grupo sorprendentemente potente de artistas de estos dos estilos.
Johnny Winter algo más jovenReconozco que no soy, ni de lejos, un experto en blues. Me gusta, como buen amante del rock, pero no sigo el mundillo con mucha frecuencia. Sin embargo, el nombre del albino Johnny lleva en mi mente desde pequeño, y recuerdo verlo citado como uno de los más grandes guitarristas de siempre, por lo que cuando mi padre me pidió que lo acompañara, no hubo duda.
Me sorprendió el estado de salud de maese Winter. Siempre ha sido un tipo delicado, delgadito y con pinta enclenque pero, tras verle caminar como un octogenario moribundo, me sorprendió saber que solo tenía 64 años. Realmente tiene un mérito excepcional mantener un ritmo de giras como ese, estando en tan baja forma. Sin embargo, cuando comienza a tocar, su fuerza parece volver a su sitio. Está claro que no puede ser el de antes pero, ni su feeling se ve en absoluto resentido, ni su voz palidece en el conjunto de las canciones.
El americano toco durante una hora y veinte minutos aproximadamente, junto con el batería Tony Beard, el bajista Scott Bray y el guitarrista Paul Nelson, que en realidad solo estuvo sobre el escenario 3 o 4 temas, calentando antes de que saliera el jefe y despues al finalizar. Me llamó la atención Tony Beard, más allá de por su habilidad, que también, por como la montaba con el micro, pidiendo que aplaudieramos, coreando "Johnny, Johnny" y demas joyas. No puedo comentar mucho los temas; no voy a engañaros, no los conocía. Os dejo un fragmento cortísimo de una versión de Red House de Hendrix.
La calidad es muy muy mala, lo se, mi móvil no da para más y no estaba lo suficientemente cerca.
Despues del concierto principal salió al escenario Scott McKeon y su banda. El chaval tiene 20 años y anda apadrinado por Mark Knopfler, y no se porque. Practica un blues bastante más moderno, pero que no me dijo demasiado. Ni es un gran guitarrista ni mucho menos tiene una voz destacable. Se puso a llover algo durillo y nos fuimos antes de que terminara.
Johnny Winter algo más joven
Me sorprendió el estado de salud de maese Winter. Siempre ha sido un tipo delicado, delgadito y con pinta enclenque pero, tras verle caminar como un octogenario moribundo, me sorprendió saber que solo tenía 64 años. Realmente tiene un mérito excepcional mantener un ritmo de giras como ese, estando en tan baja forma. Sin embargo, cuando comienza a tocar, su fuerza parece volver a su sitio. Está claro que no puede ser el de antes pero, ni su feeling se ve en absoluto resentido, ni su voz palidece en el conjunto de las canciones.
El americano toco durante una hora y veinte minutos aproximadamente, junto con el batería Tony Beard, el bajista Scott Bray y el guitarrista Paul Nelson, que en realidad solo estuvo sobre el escenario 3 o 4 temas, calentando antes de que saliera el jefe y despues al finalizar. Me llamó la atención Tony Beard, más allá de por su habilidad, que también, por como la montaba con el micro, pidiendo que aplaudieramos, coreando "Johnny, Johnny" y demas joyas. No puedo comentar mucho los temas; no voy a engañaros, no los conocía. Os dejo un fragmento cortísimo de una versión de Red House de Hendrix.
La calidad es muy muy mala, lo se, mi móvil no da para más y no estaba lo suficientemente cerca.
Despues del concierto principal salió al escenario Scott McKeon y su banda. El chaval tiene 20 años y anda apadrinado por Mark Knopfler, y no se porque. Practica un blues bastante más moderno, pero que no me dijo demasiado. Ni es un gran guitarrista ni mucho menos tiene una voz destacable. Se puso a llover algo durillo y nos fuimos antes de que terminara.
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